En un dramático giro de acontecimientos que sacudió al mundo del tenis, el chileno Alejandro Tabilo se catapultó a la fama al derrotar a Novak Djokovic, uno de los jugadores más laureados en la historia del deporte, en la tercera ronda del Masters 1.000 de Roma. La victoria, con marcadores de 6-2 y 6-3 en poco más de una hora, no solo sorprendió a los aficionados y analistas sino que marcó un antes y un después en la carrera de ambos tenistas.
Esta derrota significó para Djokovic, campeón del mismo torneo en 2022, una pausa en su búsqueda de la victoria número 1.100 en su carrera profesional, un logro que muchos anticipaban alcanzaría en Roma. Sin embargo, lo que pareció sellar su destino fue una doble falta, poniendo fin a su participación en un torneo que parecía tener bajo control. Este fue un reflejo de su desempeño general en el partido: gris, desdibujado e impreciso, muy por debajo del estándar alto que habitualmente establece.
El serbio, que llegó al encuentro con una pequeña herida en la cabeza provocada por un accidente con una cantimplora días antes, no logró encontrar su ritmo en ningún momento del juego. Este contratiempo, aunque menor, simbolizó posiblemente el tumulto de desafíos que ha enfrentado Djokovic en su temporada 2024, una temporada que hasta ahora no ha estado a la altura de las expectativas.
Con respecto al accidente, el serbio explicó en conferencia de prensa: “Fue inesperado, obviamente. Ni siquiera estaba mirando hacia arriba. Entonces sentí un golpe muy fuerte en la cabeza. Me impactó mucho. Pasé por media hora o una hora de náuseas, mareos, sangre, un montón de cosas diferentes. Conseguí dormir bien, pero tuve dolores de cabeza”.
“La forma en que me sentí en la cancha hoy fue completamente como si un jugador diferente se hubiera puesto mis zapatillas. Sin ritmo, sin tempo, sin equilibrio en absoluto en cualquier golpe. Es un poco preocupante”, añadió.
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