octubre 14, 2024

Metro Sports Teresa Juarez

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Que Viva Colombia

El seleccionado cafetero derrotó a la Celeste por 1-0 y el domingo definirá el título ante el campeón del mundo.

Colombia venció por 1-0 a Uruguay ayer miércoles por las semifinales de la Copa América 2024 en el Bank of America Stadium de Charlotte y se convirtió en el rival de la Selección Argentina el domingo en Miami por el título. El equipo sensación de Néstor Lorenzo, que vuelve a la final tras 23 años, salió airoso de un cruce durísimo en el que se ganó los laureles con creces después de jugar todo el complemento con un hombre menos y hasta haber desperdiciado varias chances claras de liquidarlo.

Un primer tiempo a puro vértigo protagonizaron ambos equipos, con una gran velocidad en la zona del mediocampo. Avisó primero Daniel Muñoz de cabeza y enseguida Darwin Núñez se lo perdió mano a mano con Camilo Vargas. En un partido de mucho raspaje también, Nicolás De la Cruz recibió la tarjeta amarilla que lo marginará del partido por el tercer puesto y después Darwin desperdició otra chance con un remate alto desde la medialuna.

La lesión de Rodrigo Bentancur le sumó otra preocupación a la Celeste hasta que, a los 38 minutos, un córner pasado desde la derecha de James Rodríguez fue cabeceado de pique al primer palo por Jefferson Lerma para sorprender a Sergio Rochet con el primero.

Después de que Richard Ríos volviera a exigir a Rochet, a los 45 Daniel Muñoz se ganó la segunda amarilla vía VAR -aunque pedía roja directa- por pegarle un codazo a Manuel Ugarte en una discusión general. Los Cafeteros arrancarían condicionados el segundo tiempo.

Tras los reacomodamientos de rigor ante el nuevo contexto, el trámite se cerró y se jugó con muchos menos espacios. Richard Ríos también se lesionó en el conjunto de Lorenzo y, de la mano del retroceso colombiano, comenzaron las chances charrúas con otra llegada de Núñez frustrada por Vargas, un disparo de Luis Suárez al palo apenas ingresado y otro intento de Federico Valverde apenas afuera.

Antes del cierre, ya con todo el conjunto de Marcelo Bielsa volcado al ataque, Colombia desaprovechó dos situaciones clarísimas en pies del ingresado Mateus Uribe -la segunda pegó en el travesaño-. Tras el final caliente con peleas entre varios protagonistas -no podía ser de otra manera después de semejante desarrollo-, se desató la celebración colombiana, que mantiene su ilusión de batacazo más viva que nunca.