La recuperación del defensor Nicolás Valentini, afectado por una dolencia tras el partido contra Racing, trajo alivio en Boca Juniors, cuando quedan cuatro días de entrenamientos previos a la final de la Copa Libertadores ante Fluminense, que se jugará el próximo sábado desde las 17 en el estadio Maracaná de Río de Janeiro.
El zaguero de 21 años, por ser zurdo, sería el reemplazante natural del capitán Marcos Rojo, quien por estar suspendido se pierde el partido más esperado por todo el “mundo Boca”.
El ex defensor del seleccionado argentino, Estudiantes de La Plata y Manchester United, fue expulsado ante Palmeiras, en el desquite de la serie de semifinales, que terminó 1 a 1 y luego el “Xeneize” ganó por penales (4-2).
Valentini recibió un fuerte golpe por parte del delantero colombiano Roger Martínez, en la derrota del martes pasado ante Racing por 2 a 1, por la Copa de la Liga Profesional de Fútbol (LPF).
El parte médico informó que se trataba de un traumatismo en su pierna izquierda, pero desde el entorno del futbolista se indicaba que también tenía una contractura muscular en su pierna derecha.
El valor del “Vikingo” Valentini es que se convirtió en el principal candidato para jugar al lado de Nicolás Figal en la final, por encima del paraguayo Bruno Valdez.
El jugador que a principios de año volvió de su préstamo de Aldosivi, fue titular contra Deportivo Pereira en la Bombonera (2-1), ingresó en el entretiempo frente a Colo Colo en Chile (2-0), volvió a entrar en el descanso ante Pereira de visitante (0-1) y fue titular con Valdez en el último partido de la fase de grupos contra Monagas (4-0).
De octavos de final en adelante, el director técnico Jorge Almirón lo volvió a poner en Montevideo en la ida contra Nacional, junto con Figal, y en la vuelta entró los 19 minutos por Marcos Rojo.
De nuevo fue titular en la ida de cuartos ante Racing, para jugar el primer tiempo en la revancha en una línea de cinco. Y frente a Palmeiras tuvo 20 minutos en la ida, y 23′ en la revancha en el Allianz Parque de San Pablo.
Por lo pronto, Valentini estuvo concentrado para el sábado pasado ante Estudiantes por la Copa de la Liga, aunque luego el DT lo dejó afuera del banco de suplentes junto a Edinson Cavani y Miguel Merentiel.
El que todavía no se entrenó con el resto de sus compañeros fue el delantero Darío Benedetto, quien salió a los 9 minutos ante la “Academia” (fue reemplazado por Merentiel) debido a un tirón en su aductor derecho, y luego el parte médico comunicó que era solo una contractura.
Se espera entonces que el “Pipa” se incorpore en estos días a los entrenamientos y pueda estar a disposición del cuerpo técnico para el sábado, más allá de que sus condiciones no sean óptimas, ya que no se querrá perder un partido tan importante.
El diagrama de trabajo del plantel boquense indica que mañana y el miércoles entrenará en el predio de Ezeiza. Después de esa práctica, a las 14.30 del miércoles viajará en vuelo charter hacia Brasil, ya que por reglamento de la Conmebol tiene que estar antes de las 20.00 en Río de Janeiro.
Los futbolistas se alojarán en el hotel Hilton Barra, ubicado en la zona de Tijuca, uno de los lugares más residenciales de la ciudad carioca y alejado del estadio Maracaná.
El jueves y viernes por la mañana, Boca se entrenará en el predio Moacyr Barbosa, del Vasco da Gama, que está ubicado a 4 kilómetros (a cinco minutos en auto desde el hotel) de donde estará la delegación argentina. Esas prácticas estarán abiertas durante 15 minutos para la prensa y los fotógrafos.
Como coincidencia curiosa, el predio en donde trabajará el plantel “xeneize” está a solo 600 metros de donde se entrenará el “Flu”, que nunca ganó la Libertadores. Se trata de la región de Jacarepaguá, en donde se encuentra el autódromo Nelson Piquet que recibió muchas veces a la Fórmula 1.
El predio de entrenamiento del Vasco da Gama, que fue destinado por la Conmebol para Boca, no es muy grande: tiene sólo dos campos de entrenamiento, aunque cuenta con toda la estructura necesaria como para que el equipo de Almirón pueda trabajar sin problemas.
El viernes por la tarde, el plantel boquense reconocerá el campo de juego del Maracaná y luego hablarán en conferencia de prensa el entrenador Jorge Almirón junto a un jugador, que posiblemente sea el capitán Sergio “Chiquito” Romero.
Boca y Fluminense jugarán la final de la Copa Libertadores de América el próximo sábado desde las 17.00 en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro con el arbitraje del colombiano Wilmar Roldan, mientras que en el VAR estará el chileno Juan Lara.
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