Mohammed Ben Sulayem fue acusado de tráfico de influencias para retirarle una sanción a Fernando Alonso el año pasado en Arabia Saudita. Eso le valió un podio al español de Aston Martin
Siguen los escándalos en la Fórmula 1. En este caso, el presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), Mohammed Ben Sulayem, está acusado de haber interferido en el resultado final del Gran Premio de Arabia Saudita del año pasado. La investigación apunta a una supuesta intervención para que le retiren una sanción a Fernando Alonso, que le valió subir al podio en la competencia corrida en el Circuito Callejero de Yeda y que será sede de la segunda fecha de esta temporada el próximo fin de semana.
La BBC informó que accedió a un informe de un funcionario del Comité de Ética de la FIA. La acusación que recae sobre el máximo dirigente a nivel mundial del automovilismo es que se comunicó con el jeque Abdullah bin Hamas bis Isa Al Jalifa, que además es vicepresidente deportivo de la FIA para la región de Oriente Medio y Norte de África, y que justo en ese momento se encontró en la carrera saudita como comisario deportivo, y le indicó que “la sanción a Alonso debía ser revocada”.
El español, que corre para Aston Martin, había sufrido una penalización de 10 segundos debido a que sus mecánicos tocaron su auto cuando cumplió con una sanción de 5 segundos que recibió antes. La segunda medida le implicó a Alonso perder el podio, ya que bajó del tercer puesto al cuarto. Una vez que le sacaron la segunda sanción, le fue devuelto su tercera colocación detrás del ganador, Sergio “Checo” Pérez, y de Max Verstappen, ambos con Red Bull.
Según el artículo de dicha cadena británica, el informe hecho por el responsable de cumplimiento, Paolo Basarri, señala que el denunciante aseguró que “Ben Sulayem les ordenó a los comisarios que anulen la penalización a Alonso”.
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