River se quedó con un triunfazo y respira en la Copa Libertadores: se impuso por 2-0 a Fluminense, con goles de Lucas Beltrán y Esequiel Barco, en el Monumental por la quinta fecha del Grupo D.
Con la formación que casi que sale de memoria, River salió a la cancha sabiendo que era un partido de vida o muerte. Y así lo jugó en los primeros minutos. Cuchillo entre los dientes y a apretar, a recuperar rápido y no dejar ni un centímetro. Un marco imponente se le vino encima desde temprano a Fluminense, al que le costaba hacer pie: Solari había puesto el 1-0 a los cinco minutos tras gran pase de Aliendro pero estaba adelantado por una pierna.
River no le dejaba un centímetro a Fluminense en salida. Entre tres y cuatro jugadores presionaban en campo contrario. El Millonario estaba metido en todo, en las grandes y en las chiquitas. Los visitantes respondieron con dos contragolpes peligrosos, pero para los 30′ el trámite era todo del local. Solo le faltaba animarse a patear al arco, llegaba bien al área y le faltaba movilidad en el último pase.
Fluminense igualó el trámite desde lo físico en el último tramo de la primera parte, pero le costababa progresar. Aún así, cuando lograba superar la presión de River, llegaba con peligro al arco de Armani. Hubo un gran trabajo de Beltrán recuperando pelotas. El Millo cortó y recuperó mucho, pero no pudo quedar frente al arco. A veces por mala suerte y otras por querer meterse con pelota y todo.
La más clara fue casi en tiempo de descuento, con un cabezazo de Beltrán que Fabio sacó en la línea y Solari no la pudo empujar. River fue muy superior y en ese combo de llegadas al área no ligó, porque también pateó varias veces de afuera y por centímetros las pelotas no ingresaban.
Definitivamente River había perdido la pelota y empezo a sufrir más seguido, a caminar por la cornisa en cada retroceso. Justo cuando The Strongest le marcaba el 1-0 a Cristal en Bolivia, a Armani se le escurrió una pelota que podría haber terminado en gol de Fluminense. Era el minuto fatídico. Micho quemó las naves con Palavecino y Borja por De la Cruz y Beltrán.
Parecía que el tiempo no pasaba más, que River en alguna contra lo iba a perder, pero quedó un resto de inteligencia para que en los cinco minutos de descuento directamente no se jugara. Pelota al córner y a otra cosa. Barco, que tuvo una noche descomunal, tuvo resto físico para encarar a los 94′, apilar rivales y entrar al área. Penalazo, Roldán cobró y Esequiel facturó. 2-0 y delirio en el Monumental.
Con este resultado, si derrota a The Strongest en la última jornada, se clasificará a los octavos de final del certamen continental.
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