Luego de la derrota 1-0 frente a Huracán en Parque Patricios, la segunda de manera consecutiva en la Liga Profesional, el plantel de Vélez fue apretado por la barra brava y vivió un tenso momento en la noche de este domingo.
Un grupo de violentos ingresó a la fuerza a la Villa Olímpica y agredió verbal y físicamente a los jugadores por los malos resultados en el campeonato (está en el puesto 25° con 27 puntos, apenas dos más que el Globo y Colón, que hoy por hoy deberían jugar un desempate por no descender). Hubo insultos, patadas a los autos y también golpes y empujones a algunos juveniles.
Este lamentable episodio fue la gota que rebalsó el vaso en el Fortín y varios futbolistas, muy molestos, pidieron irse en este mercado de pases. Como Gianluca Prestianni, la joya de apenas 17 años surgida de las Inferiores, y Francisco Ortega, otro pibe de la casa.
No es la primera vez que la barra se trenza con el plantel de Vélez. Hace poco más de dos meses, doce integrantes de La Pandilla de Liniers se metieron en el predio e interceptaron a los referentes antes de escaparse ante la llegada de los patrulleros. Asimismo, hace apenas unas semanas, un grupo de hinchas autoconvocados aparecieron en un costado de la cancha auxiliar y pararon la práctica para exigirles más compromiso a los jugadores: «En Vélez Sarsfield, hay que ganar, y no pensar a qué boliche ir a bailar…».
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